Comentario del Evangelio VI Domingo de Pascua: «El mandamiento nuevo y la amistad del Señor» | Parroquia San Eloy
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05 May Comentario del Evangelio VI Domingo de Pascua: «El mandamiento nuevo y la amistad del Señor»

Cerramos los domingos de Pascua de este año, antes de las grandes fiestas con las que cerraremos este tiempo litúrgico y abriremos el tiempo ordinario, con este fragmento del discurso de Jesús durante la última cena del evangelio de San Juan. Jesús nos invita a permanecer en su amor, en el amor de Dios, en esa corriente eterna de Amor entre el Padre y el Hijo. Estamos llamados a sumergirnos en ella y a permanecer, es decir, a quedarnos en ella… Quién vive así,sumergido en este Dios amor trinitario, recibirá el don de la alegría una alegría que llegará a plenitud.

La alegría cristiana es el resultado de vivir en el amor de Dios. Es el efecto que la salvación de Dios va produciendo en el hombre y puesto que esa salvación es progresiva, la alegría también tiene que llegar a su plenitud el día que el hombre llegue al destino para el que fue hecho.

Sólo quien se deja salvar por Dios, aquel que se zambulle en el amor trinitario divino, es capaz de cumplir el mandato nuevo del amor fraterno. Aquel que se deja amar por Dios es quien puede amar al prójimo como Él nos ha amado. Esta es la gran novedad del mandato del amor frente al mandamiento del amor que aparece en el Decálogo. La medida ya no es uno mismo sino Cristo que ama hasta el extremo.

Muchas veces pretendemos amar a los demás como Dios nos ama a nosotros pero ni siquiera hemos sido capaces de amar en algún momento con nuestra medida.

Sólo en la amistad con Jesús uno se descubre amado tal y como es y salvado por su sacrificio en la cruz. Sólo aquel que ha experimentado en su carne la salvación de ese amor hasta el extremo entiende la nueva medida del mandato del amor fraterno. Y entonces uno se descubre incapaz de amar de ese modo. Por eso, lo único que nos hace capaces de amar así es la recepción de ese amor sobrenatural y divino. Sólo quien se introduce en la corriente de amor entre el Padre y el Hijo puede amar así. Sólo ama así el que permanece en la amistad con Jesús, que es la vía de acceso para introducirse en la corriente trinitaria de amor. Sólo entonces podremos amarnos unos a otros como Jesús nos ha amado.